En nuestro primer comunicado, luego de plantear los problemas fundamentales que enfrenta el país, manifestamos la aspiración de contribuir con la urgente convocatoria a “un diálogo verdaderamente nacional que defina un nuevo pacto social entre los panameños”. Otras organizaciones han hecho igual llamado. Pero ¿qué significa un nuevo pacto social? Si nos remontamos al concepto original del ginebrino Juan Jacobo Rousseau, se trata de la necesidad de llegar a un nuevo acuerdo entre todos los panameños, hombres y mujeres, gobernantes y gobernados, empleadores y trabajadores, comerciantes e industriales, latinos y aborígenes, citadinos y campesinos, creyentes y no creyentes, liberales, socialistas y conservadores, políticos y apolíticos, en fin, entre todos los ciudadanos que integran la nación panameña, para unidos pactar las transformaciones que requiere con urgencia el Estado panameño a fin de superar la crisis económica, social e institucional que amenaza dar al traste con la precaria democracia en la que aún convivimos pacíficamente. La estructura estatal resultante y el renovado modelo de desarrollo requerirán de gobiernos eficaces y transparentes, capaces de encaminar la gestión pública hacia el mejoramiento de la calidad de vida de todos los panameños y panameñas.
Esta situación, que se ha agravado notablemente en los últimos diez años, ha quedado expuesta en toda su desnudez con motivo de la pandemia que hoy viven Panamá y el mundo. Quien juzgue con un criterio objetivo no podrá negar los desequilibrios entre las diversas regiones del país; la pobre calidad de nuestra educación; la corrupción rampante que corroe los estamentos del Estado, incluido el sector público y el privado; la impunidad y carencia de justicia que ampara y fomenta esa corrupción; el populismo que prevalece en la clase política, alimentado por un clientelismo desvergonzado; la fragilidad de los servicios públicos, comprendido los de salud y seguridad; el abandono inmisericorde del sector agropecuario; la total indiferencia hacia los problemas medioambientales; la improvisación en el desarrollo de los barrios y las comunidades y la indolencia generalizada ante los ataques injustos y mal intencionados contra la reputación internacional del país. Todo lo anterior se traduce en una falta absoluta de institucionalidad y nos ha llevado a la vergonzosa distinción de que Panamá sea considerado el sexto país más desigual del planeta, uno en el que engañosas pinceladas de primer mundo resaltan contra un telón de fondo tercermundista.
Un nuevo pacto social tendría, entonces, que sentar las bases para corregir las lacras mencionadas y permitir a los panameños recuperar la esperanza de llegar a ser un país más incluyente, más igualitario, capaz de alcanzar una verdadera democracia y el anhelado desarrollo sostenible.
¿Cómo lograr ese nuevo pacto social? Tal como el nombre anticipa, solamente la unión y participación de la gran mayoría de los panameños comprometidos con el país sería capaz de alcanzar un objetivo que, aunque parezca utópico, es posible. Recordemos que también parecía utópico que Panamá pudiera recuperar algún día, por la vía diplomática, el canal y su zona de manos de la potencia más grande del planeta, pero la unión que surgió a partir del 9 de enero de 1964 logró que los Estados Unidos comprendieran que no era viable mantener una presencia política y militar en el corazón de un país independiente. Para alcanzar la unión que requerimos y evitar la debacle social y política habrá que prescindir de las diferencias que hasta hoy nos han impedido marchar unidos, especialmente las de carácter ideológico. Si analizamos las experiencias históricas de otros países, comprenderemos que la unidad de propósitos constituye la clave para lograr el bienestar permanente de una nación. Es nuestro deber, en esta crisis inédita, deponer posiciones ideológicas y abandonar las diferencias que nos separan para poder acabar con las causas de la desigualdad que socava la confianza y que nos impide alcanzar la unión que deseamos como primer paso en la búsqueda de un modelo de desarrollo que se ajuste a nuestra realidad política, económica y social.
Próximamente, Repensar Panamá dará a conocer los que considera deben ser los principios y componentes básicos del nuevo pacto social, con la intención de enriquecer el debate y ofrecer alternativas para salir de la crisis actual.
Los firmantes:
Julio Bermúdez Mosquera
Juan Moreno Lobón
Elberto Cobos
Juan David Morgan
Aracelly De Gracia
Jorge Arosemena
Miguel Del Cid Molina
Stanley Motta
Alexis Dixon Rodríguez
Eduardo Pazmiño
Mario Galindo
Juan Planells
Fernando Martínez
José Javier Rivera
Alma Montenegro
Ivanor Ruiz
Argentina Ying
Rubén Darío Sousa
Marelisa Tribaldos
César A. Tribaldos G.
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